Meditación para niños:
La meditación para niños es una práctica aún poco explorada en nuestro país, que, sin embargo, esconde un enorme potencial.
La niñez y la adolescencia son etapas fundamentales en el crecimiento y formación de la personalidad. En esta etapa desarrollamos nuestra cosmovisión y determinamos cómo relacionarnos con los demás y con nosotros mismos.
Las habilidades y herramientas que aprendemos en los primeros años de vida tienen un impacto increíble en el resto de nuestro viaje, por lo que la meditación es un regalo inmenso para ofrecer a un niño.
En este artículo descubrimos los beneficios de la meditación para los niños y algunos ejercicios para introducirlos a la práctica de la manera correcta, involucrándolos activamente.
Premisa
meditación con niños
Cualquier adulto (padre, maestro o educador) que desee enseñar meditación a un niño debe estar dispuesto a aprender a meditar por sí mismo antes de involucrar a los más pequeños.
No es necesario convertirse en un experto o un maestro, pero haber meditado constantemente durante algún tiempo y comprender los principios de la meditación (junto con los errores más comunes) es un requisito previo fundamental.
Los niños absorben nuestros comportamientos y hábitos como esponjas: si somos los primeros en no meditar, o en no profundizar en la práctica, es natural que el niño al que seguimos no nos considere lo suficientemente confiables y deje de escucharnos. Necesitamos predicar con el ejemplo mostrando cuán tranquilos, relajados y arraigados estamos después de meditar. De esta forma despertaremos la curiosidad de los más pequeños y sus ganas de aprender.
Además, los niños necesitan sentir que sus adultos los conocen lo suficientemente bien como para adaptar la meditación a sus necesidades y preferencias.
No tenga miedo de improvisar y confíe en su intuición para saber qué es lo mejor para el niño al que está enseñando.
Si continúan gradualmente y meditando juntos, la relación entre ustedes también se fortalecerá gracias a la meditación.
¿Por qué deberían meditar los niños?
Es el sueño de muchos padres poder calmar a sus hijos, enseñarles a manejarse y verlos crecer felices, sanos y realizados. Si bien este camino está plagado de desafíos y dificultades, la meditación ciertamente puede ser una herramienta poderosa para contribuir a todos estos objetivos.
Si bien muchos de nosotros asociamos a los niños con el concepto de despreocupación , debemos tener en cuenta que ellos también enfrentan muchos desafíos diarios, por ejemplo:
Una afluencia constante de energía que puede volverse abrumadora.
Presión social de los compañeros.
Expectativas de padres y profesores en el estudio y el deporte.
Dificultad para concentrarse.
Problemas para establecer relaciones saludables con los demás.
Bullying.
Baja autoestima.
Dificultad para manejar sus emociones, como la ira, la decepción y la ansiedad.
En nuestra sociedad moderna, estos problemas se ven agravados por las redes sociales (que amplifican los efectos del acoso y la presión social), la estimulación excesiva de los medios y la tecnología (que conduce a una mayor inquietud y menos capacidad de atención) y un clima de miedo creciente (alimentado por el estado actual del mundo y las ansiedades de los padres).
El resultado es que cada vez más niños y jóvenes padecen trastornos mentales. Según datos de Istat, dos tercios de los alumnos con discapacidad en las escuelas de todos los niveles (más de 170 mil alumnos) tienen problemas de salud mental (como ansiedad o depresión).
En este contexto, es nuestra responsabilidad como padres y educadores, y como sociedad, enseñar a las nuevas generaciones herramientas de autoayuda que realmente puedan marcar la diferencia.
«SI A CADA NIÑO DE OCHO AÑOS SE LE ENSEÑARA A MEDITAR, PODRÍAMOS ELIMINAR LA VIOLENCIA EN EL MUNDO EN UNA GENERACIÓN».
DALAI LAMA
Meditación en las escuelas: experimentos y resultados
Afortunadamente, estamos siendo testigos de un movimiento mundial que tiene como objetivo integrar permanentemente la meditación en el sistema escolar.
En algunas escuelas estadounidenses y del Reino Unido, la meditación ya se practica como un complemento de los programas de educación física, en otras se enseña en lugar de la detención disciplinaria. Los estudios e investigaciones realizados sobre estos programas experimentales muestran resultados positivos y muy prometedores. Éstos son algunos de ellos:
Mejor manejo del TDAH
Una escuela primaria en los Estados Unidos llevó a cabo un programa de atención plena de 8 semanas en un grupo de estudiantes de tercer grado. Al final del programa, los maestros informaron menos falta de atención, menos hiperactividad y menos síntomas del trastorno por déficit de atención (TDAH).
Mejor desempeño académico
Una escuela intermedia de California, después de integrar programas de meditación diaria en el plan de estudios, experimentó un aumento en el promedio de calificaciones para la mayoría de los participantes del programa.
Otro estudio realizado en el Distrito Escolar Unificado de San Francisco con más de 3,000 estudiantes encontró una mejora impresionante en el rendimiento escolar general, incluido un aumento en las notas de las pruebas de matemáticas, entre los estudiantes que practicaron la atención plena.
Menos estrés y depresión.
En Burton High School en San Francisco, los estudiantes que participaron en un programa de meditación escolar informaron niveles significativamente más bajos de estrés y síntomas de depresión que otros estudiantes.
Mejora del bienestar psicológico
Los niños que practican la meditación experimentan en promedio menos complejos psicológicos como el miedo y la ansiedad social.
Beneficios de la meditación para niños
Además de los resultados ya informados en los párrafos anteriores, los numerosos estudios realizados hasta ahora en niños y jóvenes han demostrado cómo la meditación les ayuda a mejorar la relación con sus padres, controlar mejor sus impulsos, aumentar la autoestima, mejorar la empatía y habilidades sociales, disminuyen la ansiedad y reducen los síntomas del estrés postraumático.
Con la meditación, los niños aprenden a manejar mejor su cuerpo, su energía y sus emociones. Esto conduce a un aumento de la inteligencia emocional y una visión positiva de la vida. También desarrollan mejores habilidades organizativas y aprenden a estar más presentes y ser menos críticos. En esencia, se sienten mejor, aprenden mejor y crecen mejor.
Las habilidades que surgen como resultado de la meditación se desarrollarán en muchos aspectos de la vida y se trasladarán a la adolescencia y la edad adulta. La práctica se convierte en parte integral de su desarrollo y recursos para navegar por el mundo, ayudándolos a prepararse para una vida más feliz y saludable.
Conclusión
Si queremos crear una sociedad mejor, más feliz, próspera y equitativa, enseñar conciencia a las nuevas generaciones es un buen punto de partida.
La meditación brinda a los jóvenes una herramienta poderosa para manejarse a sí mismos y convertirse en personas más amables, sabias y maduras.
Cada niño tendrá diferentes técnicas de las que más se beneficiará, por lo que es importante permitir que se exponga a prácticas siempre diferentes para poder elegir de forma independiente la que prefiera. Tener paciencia y dar un buen ejemplo es la clave para presentarles el maravilloso mundo de su mente.