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La meditación como práctica preventiva y curativa en el sistema nacional de salud
Dr. Andrés J. Ursa Herguedas Doctor en medicina y cirugía por la Universidad Complutense de Madrid Director de la Clínica Naturista e Instituto de Medicina Integrativa en Valladolid Funcionario docente (área sanitaria) de la Junta de Castilla y León.
RESUMEN: La meditación como práctica milenaria se incorporó al arsenal terapéutico Occidental en la década de los años 70 del siglo XX. Numerosos estudios científicos, valiéndose de técnicas de neuroimagen y neurofisiológicas, han podido verificar cambios en la estructura del cerebro en aquellos que practican la meditación con diferencia con los que no la practican. Estos cambios estructurales optimizan el funcionamiento del cerebro y retrasan su deterioro. En el campo asistencial se emplea sobre todo la meditación tipo mindfulness (Atención plena) con fines preventivos y para la mejora de la percepción de la propia salud en numerosas patologías habituales. Sería recomendable implementar el mindfulness (Atención plena) en el Sistema Nacional de Salud con el fin de reducir el gasto sanitario, evitar el abuso de los psicofármacos y analgésicos y descongestionar las consultas de Salud Mental.
Efectos del mindfulness (Atención plena) sobre determinadas patologías Desde las primeras publicaciones de Kabat-Zinn en los años 80 del siglo XX y la intensificación de la investigación sobre los efectos de la meditación en el cerebro en la década de los 90 del mismo siglo, valiéndose de las pruebas de neuroimagen funcionales son miles los trabajos publicados sobre los beneficios que puede aportar la meditación en determinadas enfermedades.
Desde que se incorporó al arsenal preventivo / terapéutico de la Psicología clínica y la Psiquiatría en los años 70 del siglo XX, el MF se empleó en el control de la ansiedad y abordaje de la depresión psíquica, siendo su eficacia similar a la terapia cognitivo-conductual. Los efectos del mindfulness (Atención plena) , que posiblemente se harían extensivos al resto de prácticas meditativas, los podemos dividir en preventivos y terapéuticos. Desde 1996, el Instituto Nacional de la salud de los EEUU recomienda a los médicos que acepten la meditación como tratamiento eficaz para el dolor crónico, la ansiedad, ataques de pánico, insomnio, síndrome premenstrual e infertilidad (Carlin y Lee, 1997).
En España se llevó a cabo un estudio en Atención primaria en Cataluña en 2013, con un año de duración, con el fin de evaluar la efectividad a largo plazo de un programa de entrenamiento en mindfulness (Atención plena) . Al finalizar la intervención, el 98% de los participantes practicaban por su cuenta los ejercicios y el 94% refirió mejoras en autocuidado y profesionalismo.
Entre otros estudios se ha demostrado que la meditación ayuda en:
Deterioro cognitivo: ralentiza la atrofia cortical cerebral relacionada con la edad de ciertas áreas cerebrales.
Ansiedad, depresión y dolor: reduce los síntomas de la ansiedad, depresión y dolor.
Trastorno límite de la personalidad: Mejora en habilidades de conciencia.
Abuso de sustancias: Abordaje no farmacológico.
Trastornos de la conducta alimentaria: Mejora los resultados y perdura en el tiempo.
Psicosis: Reducción de síntomas y tasa de rehospitalización.
Psoriasis: Mejora la tasa de resolución de las lesiones aplicado junto con el tratamiento convencional.
Fibromialgia: Disminución del dolor y de la depresión.
Cáncer: Mejora del estrés, mejor aceptación del diagnóstico, etc.
RESUMEN Y CONCLUSIONES 1) La meditación es una técnica / práctica / entrenamiento que se puede aprender e incorporar a nuestro estilo de vida.
2) De los diversos tipos de meditación estudiados, el mindfulness (Atención plena) es el que más estudios científicos posee, incrementándose significativamente desde el año 2000.
3) Numerosos estudios y sus correspondientes publicaciones asocian su práctica a beneficios para la salud en el ámbito preventivo, mejora de la percepción de salud y curativo.
4) La neuroplasticidad del Sistema Nervioso Central permite, con la práctica de mindfulness (Atención plena), cambios estructurales en el cerebro, optimiza su funcionamiento y retrasa el deterioro.
5) Sería recomendable la implementación del mindfulness (Atención plena) por los profesionales de la salud, tanto en el sistema público como en el privado, con el fin de proporcionar una herramienta al cliente con fines preventivos y curativos y así poder gestionarse la salud evitando la congestión del Sistema Nacional de Salud (SNS).
6) La implementación del mindfulness (Atención plena) en el SNS contribuiría a reducir el gasto sanitario, reduciría también el uso excesivo de los psicofármacos y haría percibir un mejor estado de salud a la población.