Nicolas Roerich

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Museo de Nicolas Roerich en New York

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El arte unificará a la humanidad. El arte es único-indivisible. El arte tiene muchas ramas aunque todas son una. El arte es la manifestación de la síntesis venidera. El arte es para todos. Todos disfrutarán del verdadero arte. Las puertas de la fuente sagrada deben ser abiertas ampliamente para todos. Y la luz del arte influenciará a numerosos corazones con un nuevo amor.  Nicholas Roerich

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Museo de Nicolas Roerich en New York

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Nicolas Roerich es un pintor que tuve la posibilidad de conocer su arte, el cual me gusta mucho.  El motivo de esta página es para que otros lo conozcan, en una época de mi vida visitaba mucho el museo de Nicolas Roerich en New York, llevando amigos y alumnos a conocer sus pinturas, además había actividades de músicales en el museo, pequeños conciertos y era agradable ir a escuchar música en el museo. Dejo aquí algunas pinturas de Nicolas Roerich y el link de su página por si alguno le interesa entrar y conocer más.

Nicolas Roerich

Rusia, 1874–1947

Nikolái Konstantínovich Roerich fue artista, filósofo, escritor, arqueólogo, viajero, místico e inspirador del Acuerdo Internacional sobre la protección de las instituciones artísticas, científicas y los monumentos históricos (Pacto Roerich), así como fundador del movimiento internacional de protección de la cultura. Hasta tiene una montaña y un planeta con su nombre.
Le debemos a este simbolista ruso grandes cosas, entre ellas, sus maravillosos paisajes.

 

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Museo de Nicolas Roerich en New York

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De buena familia rusa que viene de Pedro el Grande, Roerich demostró a temprana edad curiosidad y talento hacia una serie de actividades distintas: pintura, arqueología, historia y la cultura de su tierra en general.
En sus años estudiantiles, Roerich llega a ser miembro de la Sociedad Arqueológica Rusa y realiza muchas expediciones, pero se especializa en Bellas Artes.

Amigo de personalidades como Tagore, Stravinsky o Einstein, el artista trabaja mucho el género histórico, sobre todo ambientado en Rusia, pero se aprecian búsquedas innovadoras en su arte: un enfoque multifacético de la composición, claridad de líneas y laconismo, colores limpios y entonación musical, gran simplicidad de expresión, veracidad sinceridad.

Combina el realismo y el simbolismo y usa en ambas direcciones los colores.

 

La venta de sus cuadros fue siempre buena y pudo viajar por todo el mundo, de America a Asia, siempre investigando todas las culturas, e inspirándose en todas ellas para una rica producción de más de 7.000 obras y abanderando siempre el espíritu de paz mundial y la alianza cultural entre pueblos de todo el mundo.

Roerich fue nominado al Premio Nobel de la Paz en 1929 y 1935 por sus esfuerzos por promover la paz internacional a través del arte y cultura y proteger los tesoros del arte en tiempos de guerra.

 

Visitar Web de Nicolas Roerich

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Una reseña biográfica de Nicholas Roerich

 

Nicholas Roerich fue un hombre notable. No sólo fue un artista reconocido mundialmente sino también un arqueólogo, autor, erudito, conferencista, diseñador de vestuario y escenarios, poeta, místico y explorador.

Cualquiera fuera la búsqueda de Roerich, ya sea pintando, escribiendo o en estudios científicos, siempre asumía la cualidad de una investigación. En la introducción de Altai- Himalaya, el diario de viajes de su expedición a Asia Central, el arquitecto Claude Bragdon, escribe:

            En todo lo que Roerich hace está buscando la verdad oculta, la belleza no revelada; la Palabra Perdida… Como un poderoso cazador infatigable, no armado con un arma, sino con su lapicera y pinceles, él acecha a su presa a través de océanos, ríos, montañas, aunque sabe todo el tiempo que la cosa que está buscando está en sí mismo. Tanto en su trabajo escrito como en su pintura nos permite participar de su aventura, y así acercarnos a esa verdad que es belleza, y a esa belleza que es verdad.1

            Nicholas Konstantinovich Roerich nació en St. Petersburgo el 9 de octubre de 1874. El nombre Nicholas significa “El que vence” y Roerich significa “rico en gloria.”

            Fue el primogénito de Konstantin y María Roerich. Su padre fue un abogado y escribano prominente, y Nicholas pasó gran parte de su juventud en el gran estado rural de la familia, Isvara, situado aproximadamente a cincuenta y cinco millas al sudoeste de St. Petersburgo. Allí en la belleza de la Rusia del norte se encendió un amor por la naturaleza en el joven Nicholas para toda la vida.

            En Isvara desarrolló una pasión por la caza y un ávido interés por historia natural, arqueología y la historia de Rusia. Era aficionado a la música y a la equitación.

            En su adolescencia Nicholas escribió historias de aventuras sobre caza, algunas de las cuales fueron publicadas por revistas de caza. También escribió poemas, cuentos y obras de teatro acerca de temas de la historia rusa. Un amigo de su padre que era un artista reconoció el talento artístico de Nicholas y le dio sus primeras lecciones de arte.

            En 1893, cuando llegó el momento de que Nicholas fuera a la universidad, su padre deseó que estudiara derecho pero Nicholas quería seguir arte. Nicholas resolvió la situación inscribiéndose simultáneamente en la facultad de derecho de la Universidad Imperial y en la Academia Imperial de Artes.

            Quizás la influencia más importante que recibió Roerich en estos años fue de su profesor de arte, Arkhip I. Kuinji. Roerich dijo:” “Yo era feliz de tener a un hombre extraordinario como mi primer maestro. El eminente Maestro Kuinjy no era sólo un notable artista, sino también un gran Maestro de vida”2 Kuinjy enseñaría a sus alumnos, “Debe haber espiritualidad en una pintura. La composición y la técnica debe subordinarse a esta espiritualidad. Nada debería distraer al observador de esta idea principal. No llenéis espacios vacíos en el lienzo con detalles que no guardan relación con el tema.”3

            En su libro Shambhala, Roerich escribió:

 

Yo evoco los recuerdos más edificantes de mi maestro, Profesor Kuinjy, el famoso artista ruso… Sólo a través del esfuerzo incesante, ardiente hacia el arte, fue capaz de conquistar todos los obstáculos y finalmente convertirse no sólo en un artista altamente valorado y un hombre de grandes medios, sino también en un real Gurú para sus alumnos en la elevada concepción Hindú.” 4

 

            En los últimos meses de su escolaridad en la Academia de Artes, Nicholas planificó una serie de doce pinturas acerca de la fundación de la nación rusa. La primera de éstas fue la pintura que presentó como su proyecto de graduación titulada El Mensajero: La Tribu se ha levantado contra la tribu” La autora Jacqueline Decter describe esta pintura en su libro Nicholas Roerich: La vida y arte de un Maestro Ruso. Ella dice:

            Retrata a un viejo mensajero sentado en un bote de madera. Su espalda encorvada y brazos caídos transmiten tristeza y preocupación; está llevando novedades a un pueblo vecino de que las tribus están en guerra. Es de noche y todo está en silencio. La joven luna ilumina las camisas blancas del mensajero y el remero, que está de pie mientras rema río arriba. A la distancia el contorno de un pueblo eslavo escondido en las sierras es apenas visible en la oscuridad… La atmósfera de ansiedad y misterio… baña la pintura. 5

 

            El Mensajero fue elogiado tanto por los críticos de arte como por los coleccionistas y fue adquirido por un famoso cliente de arte para su colección privada en Moscú. Después de este reconocimiento prestigioso, la obra de Roerich atrajo la atención del mundo artístico.

Roerich tuvo ocasión de de mostrar su pintura de El Mensajero a León Tolstoi. A Tolstoi le gustó y escribió una parábola a raíz de ello. Su comentario fue:

            ¿Alguna vez han cruzado en un bote un río que corre rápidamente? Siempre es necesario dirigirse más arriba que el punto hacia el cual son conducidos, de otro modo serán llevados río abajo. Así, también, en la esfera de la demandas morales es siempre necesario conducir más alto- la vida lleva todo hacia abajo. Que vuestro mensajero sostenga el timón en alto, entonces llegará a su destino. 6

 

                En 1898, concluida su educación formal, Nicholas se convirtió en ayudante del director del museo de la Sociedad para el Estímulo de las Artes. En Setiembre de 1900 fue a París a estudiar arte. Podemos entrever el carácter del joven artista a partir de las respuestas que dio en una entrevista mantenida en Mayo de 1900. Roerich de 25 años de edad expresó que su virtud favorita era la “infatigabilidad”, sus cualidades favoritas en un hombre eran “talento, una meta definida” y su lema favorito era: “Adelante, sin mirar hacia atrás!”7

                En el verano de 1901, Nicholas regresó a St. Petersburgo y en octubre se casó con Helena Ivanovna Shaposhnikova. Helena era una consumada pianista y llegó a ser considerada como una distinguida dama de cartas y una escritora prolífica en la tradición esotérica de la religión Oriental. Ella fue una inspiración y un sostén para Nicholas a lo largo de su vida. Nicholas y Helena tuvieron dos hijos: George y Svetoslav.

            Nicholas ganó un nombramiento prestigioso como secretario de la Sociedad para el Estímulo de las Artes en 1901, donde probó ser un buen administrador. En los primeros años de 1900, los Roerich viajaron por Rusia y Europa. Durante estos viajes, el Profesor Roerich pintó, llevó a cabo excavaciones arqueológicas, estudió arquitectura, dio conferencias y escribió acerca de arte y arqueología.

            En 1906, fue ascendido de secretario a director de la escuela de la Sociedad para el Estímulo de las Artes. En 1907 comenzó a aplicar sus talentos en el diseño de escenario y vestuario. Esta se convirtió en una carrera cumplimentada con éxito para Roerich. Diseñó escenarios y vestuarios para el ballet de Diaghilev y las producciones de ópera, incluyendo el Rito de Primavera de Stravinsky, y para casi todas las óperas de Wagner y muchas de Rimsky-Korsakov.

La familia Roerich dejó Rusia hacia Finlandia en 1918, poco antes de que el límite entre Finlandia y la Unión Soviética se cerrara permanentemente. Jacqueline Decter escribe:

 

            Las opiniones difieren acerca de la reacción de Roerich hacia la Revolución rusa (esto es, hacia la Revolución bolchevique de 1917). Los estudiosos occidentales proclaman que él permaneció en Finlandia para escapar del nuevo sistema político. Los biógrafos soviéticos, por otro lado, mantienen que él abrazó la Revolución aún cuando estaba alejado de la política y era ingenuamente utópico en su creencia de que las artes quedan afuera de la esfera política. En efecto, él defendió una sociedad más progresista que erradicara las flagrantes injusticias de la época, y estaba convencido de la irreversibilidad del movimiento revolucionario. Pero en el interés de sus creencias, no se ubicaba ni del lado de los revolucionarios ni de aquellos que anhelaban un regreso del viejo orden. 8

 

            Hay algunos cristianos fundamentalistas en los Estados Unidos hoy que afirman inflexiblemente que Nicholas Roerich era comunista. No encontramos tal evidencia.

            Roerich vino a Estados Unidos en 1920 por una invitación del director del Instituto de Arte de Chicago. Viajó ampliamente, exhibió sus obras, dio conferencias en escuelas exclusivas de niñas y hasta en el departamento Marshall Field en Chicago, donde enseñó acerca de la “vestidura espiritual” y la armonización del aura humana con la vestidura.

            Mientras estuvo en los Estados Unidos, Roerich fundó el Instituto Maestro de Artes Unidas, una sociedad internacional de artistas llamada Cor Ardens (que significa “Corazón ardiente”) y un centro internacional de arte en Nueva Cork llamado Corona Mundi (que significa “Corona del Mundo”). Como un tributo a Roerich, el Museo Roerich se estableció en Nueva York en 1923.

            Muchas de las obras de Roerich son escenas magníficas de naturaleza y sus temas se inspiran en la historia, arquitectura y religión. Sus pinturas son místicas, alegóricas y hasta proféticas.

            Entre 1912 y 1914, sus pinturas reflejaban a menudo a un sentido de inminente cataclismo. Uno de éstas, El último ángel” (1912), retrata una intensa conflagración que envuelve a una ciudad, por encima de la ciudad, rodeado por ondulantes nubes de humo, un ángel que sostiene una espada y un escudo anuncia el Juicio Final. En 1936, poco antes de la Segunda Guerra Mundial, Roerich pintó Armagedon.7 Se pueden ver los tejados de una ciudad visibles a través de nubes de humo con las siluetas de los soldados marchando en primer plano a través de la parte inferior del cuadro.

            Roerich fue influenciado por muchos artistas y varias escuelas de arte, pero la suya era una escuela de creación propia. La poeta americana Mary Siegrist escribe:

 

            Los cuadros de Roerich son pintados en llama. El no sigue ninguna escuela ni tradición, habiendo de alguna manera absorbido y asimilado todas las culturas para avanzar por senderos propios y de maneras que su propio genio indique. Se podrían escribir tomos por parte de los técnicos acerca de la simetría de sus obras, su ritmo y pulsación, su color majestuoso y su calidad tonal, sus masas de luz y sombra, su vitalidad y poder. La belleza de su arte es ese método que se ha convertido en gran medida inconciente, subordinado a, o uno con, el contenido espiritual del todo. La iridiscencia, el resplandor de sus lienzos, es más bien el producto de la conciencia espiritual que un método exterior. Ningún hombre, mujer o niño pueden detenerse delante de estas pinturas sin recuperar los “sonidos del mar infinito”. Para cada uno que escuche con el oído interior, vea con el ojo interno, ellos traen de regreso algunas mareas de belleza. 9

El estilo artístico de Roerich es difícil de describir porque, como lo expresó Claude Bragdon, pertenece a una fraternidad elegida de artistas- incluyendo Da Vinci, Rembrandt, Blake y, en la música, Beethoven- cuyas obras tienen “ una cualidad singular, profunda y en verdad mística que los diferencia de sus contemporáneos, haciendo imposible clasificarlos en ninguna categoría conocida o asociarlos con alguna escuela, porque ellos se asemejan a ellos mismos solamente- y mutuamente, como alguna orden de iniciados fuera del tiempo y el espacio.10

                El crítico Ivan Narodny escribe acerca de la obra de Roerich:

            El lado maravilloso del arte del Profesor Roerich se encuentra en el atractivo de su intuición, que el artista produce a través de sus peculiares imágenes pictóricas y las armonías cromáticas que ha logrado a partir de un profundo estudio de las artes sagradas del Este. A primera vista sus pinturas impresionan al espectador como réplicas provenientes de los interiores de templos cósmicos desconocidos, templos cuya existencia ha permanecido como un misterio para los hombres de esta era. Pero una mirada más detenida mostrará un entendimiento profundo de los efectos de ciertos colores y superficies que su obra revela…

Al igual de alguna manera que los primeros pintores de frescos, Roerich prefiere los azules y verdes eclesiásticos, los colores tradicionales de las distancias trascendentales del cielo y la naturaleza pura, en los cuales uno evoca los azules que los antiguos maestros Venecianos usaban para las prendas de sus vírgenes y santos.

            En la tradición de los pintores eclesiásticos, el azul es el tono de la eternidad, y los Padres de la Iglesia Bizantina lo explicaban como un anhelo por los júbilos celestiales. Mirad los azules de la mayoría de las obras de Roerich, y los verdes de su exposición de la naturaleza mística y los encontraréis similares al lapislázuli y a la malaquita- las piedras que eran usadas para los interiores de los templos y los altares de los santuarios sagrados. Sus amarillos son típicos de los amarillos de la sucesión de lamas del Este. De hecho, todos sus colores se mantienen en los valores principales del cielo- vibraciones del plano celestial, que nos conducen a un mundo más allá- la hiper-naturaleza de una dimensión superior.11

            Nicholas Roerich fue influenciado en gran parte por la cultura Oriental. Había deseado por mucho tiempo viajar al Este para estudiar la cultura antigua directamente y en 1923 embarcó hacia la India. Vivió por un tiempo en Sikkim (entonces un reino en el límite nordeste de India) mientras realizaba los planes finales para una expedición a Asia central. En Sikkim pintó una serie llamada “Su país” (1924) Esta serie, dice Decter, “ se inspiró tanto en la magnificencia física de los Himalayas como en los misterios espirituales que albergan en su interior. En verdad,, para el artista estos picos ascendentes representaban la verdadera cima de belleza y espiritualidad. “

            Roerich escribió acerca de su encantamiento con las montañas:

 

Todos los maestros viajaron a las montañas. El conocimiento más elevado, las canciones más inspiradas, los sonidos y los colores más espléndidos son creados en las montañas. El Supremo está en las montañas más altas. Las altas montañas se elevan como testigos de la gran realidad13….

            ¡Himalayas! Aquí está la morada de Rishis. Aquí resonó la Flauta sagrada de Krishna. Aquí tronó el Bendito Gautama Budha. Aquí se originaron todos los Vedas. Aquí vivió Pandavas. Aquí- Gesar Khan. Aquí- Aryavarta. Aquí está Shamballa. Himalayas- Joya de la India. Himalayas- Tesoro del Mundo. Himalayas- el Símbolo sagrado de la Ascensión.14

 

“En sus escritos”, explica Decter, “Roerich se refiere a menudo a los grandes tesoros almacenados en las profundidades interiores de los Himalayas”. Ella escribe:

 

      El mismo nombre Kanchenjunga* (una montaña en los Himalayas con cinco picos, la tercera montaña más alta del mundo), nos dice, significa los Cinco Tesoros de la Gran Nieve, porque contiene, “ las cinco cosas más preciosas en el mundo. ¿ Qué cosas? Oro, diamantes y rubíes? De ninguna manera. El antiguo Oriente valora algunos otros tesoros.” Alude a ellos en la pintura Tesoro de la Montaña (sin fecha). La escena está metida en el interior de una cueva en la montaña. Largas estalactitas y estalagmitas de cristal puro llenan el primer plano, pero el foco de la obra no está en estos minerales raros y preciosos. En cambio, nuestro ojo es atraído al fondo, donde, en una cámara abovedada, un grupo de figuras vestidas con manto se ha reunido. Uno de ellos sostiene una lámpara encendida que ilumina brillantemente la cámara. Estas figuras son mahatmas, y su sabiduría es el verdadero tesoro de la montaña.15

 

Frances R. Grant, quien fuera secretario del Museo Roerich, debatió acerca de algunas de las pinturas de la serie de Roerich “Su país” en un artículo de 1927 de Arte y arqueología:

 

En esta serie cada trabajo tiene un mensaje individual, pero cada uno se relaciona con el otro como lo hacen los acordes en una gran sinfonía. Por ejemplo, en la pintura El que se apresura, uno es conmovido por la vibración del pulso oriental. Es el atardecer- los últimos destellos del atardecer, cuando toda la bóveda del cielo se refleja atrás desde los glaciares del Himalaya. El todo es como un ondulante océano rojo. Uno está muy cerca de las laderas del Everest, siente su majestuosidad y es acallado por su grandioso tamaño. Pero no son los picos de las montañas lo que lo mantienen a uno extasiado. En el primer plano hay un gran acantilado, elevándose como una pared externa delante del pico más alto del mundo. Del otro lado de su precipicio- con la eternidad debajo de él- un jinete brinca en el lomo de su caballo, veloz como el viento.

Profesor Roerich ha marcado a los suaves Tibetanos quienes a menudo atraviesan las grietas de la montaña; no es una vista rara allí. Pero dentro de esta pintura uno siente más- el conmovedor regocijo del jinete asiático, el espíritu de conquista; uno oye el galopar de los Tártaros, de los Mongoles. Viene un viento de esta pintura. Él descifra al nuevo mensajero asiático…

      … No es sólo la brillantez colorida de Asia que captura su mensaje desde las pinturas del maestro artista. Está el otro lado de Asia, que ha tocado tan profundamente al Profesor Roerich mientras atravesaba los desfiladeros de la vida asiáticas- es su espíritu, el costado profundamente meditativo de Asia que se ha gestado por siglos como un capullo de loto. Los sueños de Asia viven nuevamente en el panorama de su obra. En El retoño de fuego * ha renacido la historia del capullo sagrado. De acuerdo a la leyenda tibetana, quien fuera a encontrar el capullo ganará benevolencia para la humanidad. Esto tiene su origen, como lo tiene todas las leyendas, en hechos. Porque en el camino a Phalut hay muchas flores que tiene tal valor medicinal y las cuales, debido a su fosforescencia, brillan de noche. Roerich ha pintado también las leyendas de El Tesoro del Mundo y Consumiendo la oscuridad .- las leyendas de l tesoro sagrado ardiente, con el cual está vinculado el destino del mundo y el que es llevado a la tierra en un corcel blanco, sin guía.16

 

Decter elabora acerca del Tesoro del Mundo y Consumiendo la oscuridad:

 

En el Tesoro del mundo- Chintamanti y Consumiendo la oscuridad, entramos a las montañas, Ambas son obras altamente simbólicas que ilustran la creencia de Roerich en el fuego divino- agni- que provendrá de las montañas para iluminar la conciencia humana en la Nueva Era. La primera obra es una representación visual de la leyenda Tibetana del corcel de la felicidad, sobre cuyo lomo la piedra sagrada Chintamanti- el tesoro del mundo- será acarreada desde las alturas montañosas hacia abajo. Mientras el caballo desciende un paso escabroso de la montaña, todo alrededor suyo se ilumina por la llama azul que emana del cofre que contiene la piedra sagrada. Los riscos que se alinean en el paso se parecen a centinelas grabados en piedra que guardan el descenso del corcel.

      En Consumiendo la oscuridad el fuego sagrado es traído desde una abertura en la montaña por una figura vestida con un largo manto blanco. Un halo rodea su cabeza. Detrás suyo hay dos figuras vestidas en forma similar y con un halo también. Todos son mahatmas. Hay algunas otras figuras que los siguen, sus cabezas son apenas visibles por encima de una roca. . Una de ellas tiene un halo, las otras no. Ellos incluyen a una figura calva, con una larga barba, aparentemente un extraño auto retrato del artista. Todo el paisaje nocturno es bañado con la luz azul celestial de la llama sagrada. 17

 

En verdad la “llama sagrada” tenía un significado especial para Roerich. Una vez él escribió:

 

En los cultos de Zoroastro se representa el cáliz con una llama. El mismo cáliz ardiente está grabado sobre los antiguos siclos (unidad monetaria) hebreos de plata de los tiempos de Salomón y de una antigüedad aún más remota. En las excavaciones Hindúes de los períodos desde Chandragupta Maurya, observamos la misma poderosa imagen estilizada. Sergio de Radonega trabajando sobre la iluminación de Rusia,la administró desde el cáliz llameante. En las imágenes Tibetanas, los Bodhisatsvas están sosteniendo el cáliz que brota con lenguas de fuego. Uno también puede recordar el cáliz de la vida Druida. El Santo Grial también estaba también encendido. Las grandes enseñanzas de todas las eras son entretejidas no en la imaginación sino verdaderamente por medio de hechos, el lenguaje del fuego puro!.

Desde hace mucho tiempo se ha dicho: “La fe sin hechos está muerta”. Buda pronunció tres senderos: el largo camino del conocimiento, el más corto de la fe y el más corto de todos- a través de la acción. David y Salomón también glorifican los esfuerzos de la labor. Los Vedantas exaltan la manifestación de las obras. Verdaderamente, en los fundamentos de todas las alianzas, la acción es colocada en primer lugar. Este es el fuego creativo del Espíritu.18

Tanto Nicholás como Helena Roerich tenían un gran interés en la filosofía y religión orientales. La inclusión de deidades, santos y sabios tanto occidentales como orientales,en sus pinturas”, escribe Decter, “indica la creencia profundamente instalada de Roerich en la unidad fundamental de la enseñanza espiritual”19 Roerich retrató a diecinueve maestros espirituales occidentales y orientales en su serie monumental” Estandartes del este (1924-19225) ejecutada mientras estaba en Sikkim. “En su camino a través de Oriente”, escribió Frances Grant, “él encontró los hilos de todos los grandes maestros del mundo.”20

En Kashmir él descubrió la belleza y la luz de las olas sucesivas de civilización, mientras se entrelazaban y unían , inspirándolo a pintar los momentos supremos de cada gran líder espiritual.

            Así él pintó a Jesús, a Moisés, Buda, Mohamed, Confucio y otros de aquellos grandes espíritus que transitaron por los caminos de Asia. Su Mohamed en el Monte Hira* muestra al profeta musulmán sobre la montaña en ese momento cuando, se nos dijo, el Arcángel Gabriel apareció y le relató su misión. Es el amanecer rosado y a través de un vapor blanco se ve la figura exaltada del ángel con un cáliz ardiente.

            Moisés el Líder * es visto en el Monte Sinaí, donde se le transmiten las tablas de la ley. Roerich no ha visualizado al Moisés de un Miguel Angel; su Moisés es una figura cósmica. El profeta está sobre una montaña; sobre él los pliegues arremolineantes de luz y color parecen estar realizando un gran ritual, cósmico en su significación.

            Para su pintura de Confucio, * el profesor Roerich tomó al Sabio Chino en su carro sobre un camino de montaña- el Confucio del exilio, el profeta que debía tener siempre su carreta a mano para escapar de las persecuciones de sus contemporáneos.

            Buda el Conquistador* también es visto con una luz nueva- no en Boda-Gaya bajo el árbol Bo, sino en las cuevas de los Himalayas, donde él logró la suprema iniciación como el conquistador del ego.

            De las dos pinturas de Cristo en esta serie, una Lo muestra durante Su vigilia en el jardín de Getsemani- El Cáliz de Cristo-*. Muchos han pintado este momento de renunciación, pero el escritor no rememora otra concepción en donde la soledad de Cristo es transmitida de una manera tan conmovedora. Es la hora antes del amanecer- más allá están los contornos borrosos de Jerusalén. La pintura está bañada con el verde de la hora del crepúsculo- y sólo las estrellas son los testigos de esa vigilia suprema. 21

            Decter penetra aún más en la serie “Estandartes del Este”:

 

            Roerich no siempre deifica a estas figuras santas; sino que retrata a la mayoría de ellas en el tiempo y lugar en los cuales vivieron, llevando a cabo sus tareas espirituales. Al respecto, la serie “Estandartes del Este” se parece a las pinturas espirituales Tibetanas, o tankas. Como el lama le dice a un buscador en el libro: Himalayas: Morada de Luz: “ A través de nuestros símbolos, a través de nuestras imágenes, y tankas, podéis ver cómo los grandes Maestros funcionaban; entre los muchos grandes Maestros podéis ver sólo a unos pocos en completa meditación. Generalmente están desarrollando una parte activa de la gran labor. O están enseñando a la gente o están abatiendo a las fuerzas y elementos de la oscuridad; ellos no temen confrontar a las fuerzas más poderosas y aliarse con ellas ellos mismos, si sólo ello lleva al bienestar común”

            Lao-Tse* es mostrado ahorcando a un buey sobre un sendero a través de un bosque de bambúes en su camino hacia el sagrado Monte Kailas. Confucio cabalga en una carreta de madera tirada por caballos a través de un escenario que parece haber sido pintado por un artista chino, completo con una montaña saliendo de la bruma a la distancia. San Sergio* está cortando madera en un estilizado bosque de pinos mientras un oso es espectador…

            Milarepa* ( o Milaraspa)* , “El que escucha”, está sentado en meditación sobre una piedra, prestando atención a las voces de los Devas, en el momento preciso que el sol se eleva por encima de los Himalayas. Él “sabía la fuerza de la hora antes del amanecer, y en este momento reverencial, su espíritu se fundía con el gran espíritu del mundo, en unidad conciente.”

            Padma Samhava* es retratada en el verdor subtropical de un paisaje estilizado Sikimese, recibiendo el mandato de Buda de traer su enseñanza a Tibet. Dorje, “el de Darjeeling”, es visto frente a una visión ardiente de las montañas. Él sostiene una campana y una daga- objetos del ritual de la meditación Tibetana. Delante de él ve una cara aterrorizada envuelta en llamas, que parece estar elevándose del árido paisaje montañoso y tiene tres ojos rojos, una corona hecha de calavera, y una lengua de fuego que brota de su boca entreabierta.

            Los Oirots, una tribu finlandesa-turca de las Montañas Altai, tienen su propia versión de la leyenda de Shambala. Ellos creen que la Nueva Era comenzará cuando el Burkhan Blanco venga. Su mensajero, el santo Oirot* aparece a los creyentes montado en un caballo blanco. En la pintura de Roerich, un hombre de la tribu se inclina delante de una visión de Oirot en su caballo sobre las nubes. La luz de la luna llena ilumina los picos desolados , cubiertos de nieve de Altai y derrama un destello dorado alrededor de la figura de Oirot. 22          

            En Altai- Himalayas Roerich escribió acerca del hilo unificador que atravesaba a los “Estandartes del Este”:

            Sergio, Constructor de Comunidades, prohibió a sus colaboradores a aceptar limosnas. La comida y otros artículos sólo deberían ser aceptados a cambio de trabajo. Él mismo, hambriento, ofrecía su trabajo. Sólo la construcción de comunidades y la iluminación le preocupaba a este hombre extraordinario. Su rechazo del ministerio de la Ciudad y su rechazo a usar metales preciosos aparecen en la vida de este hombre como actos naturales, sin ninguna afectación. Su vida fue de infatigable labor, eligió colaboradores jóvenes, completamente desconocidos, predicó la simplicidad, así arriba como abajo. El rechazo de la propiedad personal no se debió a ningún mandato, sino debido a su concepción del daño de esa idea. En los rangos de los constructores de comunidades, Sergio retiene un gran lugar.

            No son tan numerosos-estos constructores de una vida que responde en su significado interno, a la evolución futura. Y deberíamos registrar estos nombres de iluminación futura cuidadosamente, extendiendo sus listas hasta nuestros días…

            Entre el esfuerzo y la manifestación de la verdad, sobre las carrozas del tiempo, ascienden los legisladores del bienestar humano: Moisés, el infatigable líder, Amos, el austero, Buda, el conquistador de leones; Confucio, justicia de vida, Zorastro, poeta ardiente del sol, Platón, transfigurado y reflejado en sus “Sombras”, el Bendito Issa (el nombre por el cual Jesús es nombrado en las crónicas escritas y tradiciones orales del Este, grande en su sacrificio inmortal; el solitario Origen, el sabio comendador; Sergio, gran maestro y asceta. Todos caminaron infatigablemente, todos cayeron víctimas de la persecución de su tiempo, todos sabían que las enseñanzas del bienestar general inevitablemente llegarían, todos sabían que cada sacrificio por el bien general no era sino para alcanzar el sendero.23

 

            Los “Estandartes del Este” retratan no sólo a los líderes espirituales del pasado, sino como observó Frances Grant, a las esperanzas del Este. “por un líder venidero”24 Roerich capturó estas esperanzas en sus pinturas de Maitreya y la Madre del Mundo. Grant escribió:

 

            El Este ahora se llena con su esperanza añeja, nunca más ardiente que en el tiempo presente, de que la venida del Buda Maitreya, el que por siglos fue mirado como el salvador prometido, está al alcance de la mano.

            Ya que hoy dos grandes emociones conducen el Este espiritual- esta esperanza de la venida del Buda Maitreya y la otra, el renacimiento del culto de la Madre del Mundo. En los eventos del Este comenzando por la huida del Tashi Lama desde el sagrado monasterio de Shigatse hace dos años- Asia ve el ímpetu para el cumplimiento de sus profecías. La consumación de muchos eventos culminarán con la llegada del nuevo líder trayendo beneficencia a todo el mundo. Y en este momento también es vista la gran era de la Madre del Mundo. Los antiguos cultos que reverenciaban a la femineidad en las figuras de Astarte e Isis, nuevamente son investidos con una nueva vida y es en la condición de mujer- en Kuan Yin o en Tara White- que el Este ve el instrumento de esta nueva ola espiritual.

            Varias de estas pinturas imaginan esta nueva reverencia por el sexo femenino para nosotros. En Ella la que lidera*, La Madre del Mundo y Estrella de la Madre del Mundo se refleja esta esperanza oriental. Así en la primera la Mujer- Tara White- es mostrada guiando a los peregrinos sobre los glaciares de montañas. En la Estrella de la Madre del Mundo, es de noche en el desierto, otra noche de los Magos, en la cual la caravana silenciosamente sigue esta nueva estrella que guía del Este.25

 

            Decter dice que el símbolo más elevado de unidad espiritual era la Madre del Mundo para Roerich:

 

            El más universal de todos los grandes maestros, el verdadero símbolo de unidad espiritual y cultural, es la Madre del Mundo y pintó este tema muchas veces a lo largo de su carrera… Una mujer con una túnica bordada con ornamentación de flora y fauna se sienta sobre un almohadón sobre un trono semicircular hecho de piedra. El trono está sostenido por rocas, en la base de las cuales fluye el río de vida. Las manos de la mujer se juntan frente a su pecho en un gesto estilizado de oración. Un velo oculta sus ojos, con un significado de que ciertos misterios del universo no son aún dados a conocer al hombre. Una aureola circunda su cabeza, otra su cuerpo. Los colores lo muestran como si la luz estuviera irradiando desde su interior; el área dentro de las aureolas es de color azul pálido, etéreo; las aureolas están rodeadas de anillos de luz púrpura y luego azul oscuro.

El cielo está punteado con diminutas bodhisatvas doradas que parecen titilar como estrellas. Dos pequeñas figuras femeninas se arrodillan en el primer plano a cada lado suyo. Una está vestida con un hábito de monja y sostiene un libro, presumiblemente la Biblia. La otra lleva una túnica oriental y sostiene un cofre similar al que contiene el fuego divino en tales obras como Consumiendo la Oscuridad. Estos símbolos de espiritualidad Occidental y Oriental subrayan el poder unificador de la Madre del Mundo. Como lo expresó el mismo Roerich: “La imagen de la Madre del Mundo- la femineidad- es tanto para el Este como para el Oeste el puente de la unificación fundamental.”…

            Hay poca duda de que su imagen de Mujer fue inspirada e influenciada por Helena Roerich, que dedicó mucho de sí escribiendo acerca del rol destinado a las mujeres en la Nueva Era. 26

 

            En 1925 Roerich comenzó su expedición por Asia Central con Helena, su hijo George y varios otros europeos. Roerich escribió acerca de sus metas:

            Por supuesto, como un artista mi principal inspiración en Asia estaba en la obra artística…Además de sus objetivos artísticos, nuestra expedición planeaba estudiar la posición de los monumentos antiguos de Asia Central, para observar la condición actual de las religiones y creencias, y para registrar los vestigios de las grandes migraciones de las naciones.27

 

                La partida de Roerich viajó durante 15.500 millas a través de Asia Central en una incursión ardua y a menudo peligrosa que les llevó más de tres años. A pesar de los abrumadores obstáculos, Roerich realizó cientos de pinturas durante el viaje.

            Mientras que en esta expedición Roerich descubrió leyendas y manuscritos relatando el viaje que Jesús realizó al Este durante los llamados años perdidos entre los 12 y 30 años. Los mismos o similares manuscritos fueron hallados también por el periodista Ruso Nicolás Notovich y Swami Abhedababda en el monasterio Himis en Ladakh.

            He publicado todas las tres traducciones de estos textos en mi libro Los años perdidos de Jesús junto con la historia de la doctora Elizabeth Caspari, a quien se le relató también al visitar el monasterio Himis el Ladakh, que los manuscritos acerca de la permanencia de Jesús en Oriente estaban guardados allí. Un monje apareció en la azotea sosteniendo estos libros y se los extendió a la Dra. Caspari y a su compañera, Sra. Clarence Gasque, diciendo con gran alegría: “Estos libros dicen que vuestro Jesús estuvo aquí!”

Roerich escribió de su descubrimiento de las leyendas acerca del viaje de Jesús a Oriente:

 

            Leh es un lugar admirable. Aquí las leyendas conectaron los senderos de Buda y Cristo. Buda atravesó Leh hacia el norte. Issa (Jesús) comulgó aquí con la gente en su camino desde el Tibet. Las leyendas son guardadas secreta y cautelosamente. Es difícil enunciarlas porque los lamas, por encima de todas las personas, saben como guardar silencio. Solamente por medio de un lenguaje común- y no meramente por el lenguaje oral sino también por el entendimiento interior- puede uno alcanzar sus misterios significativos…

            Si es difícil percibir la elevada imagen de Buda el Maestro detrás del actual ídolo de Buda, así es aún más inesperado escuchar hermosas palabras acerca de Jesús en las montañas Tibetanas. Aún los budistas preservan las enseñanzas de Jesús, y los lamas veneran a Jesús que pasó y enseñó aquí…

            Así las leyendas de Asia forjan una imagen tal de Jesús tan ennoblecida y cercana a todas las naciones. Y Asia preserva tales leyendas en sus montañas. Y no es asombroso que las enseñanzas de Jesús y Buda están conduciendo a todas las naciones hacia una familia. Es hermoso que la idea luminosa de unidad se exprese tan claramente.28…

            Deseo que nuestros sacerdotes pensaran acerca de Buda de la misma manera que los Lamas ilustrados hablan acerca de Jesús. Solamente en ese entendimiento benévolo está la garantía de un crecimiento futuro.29

 

                Al finalizar la expedición a Asia Central en 1928, los Roerich, se establecieron permanentemente en el Valle Kulu en India. Allí ellos fundaron el Instituto de Investigación Urusvati Himalayan para estudiar arqueología, lingüística y botánica.

            George Roerich fue el director de los departamentos etnológico-lingüisticos y arqueológicos, y Svetoslav dirigía los departamentos de arte antiguo asiático y tibetano y farmacopea local, relacionada con la botánica. En 1937, Svetoslav, que se había convertido en un acabado artista y retratista, pintó un retrato de su padre*, con descollantes montañas que llenaban el fondo (detrás suyo).

            En 1934 y 1935 el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos patrocinó otra expedición de Roerich a Asia,que duró diecisiete meses. Su principal objetivo fue encontrar pastos resistentes a la sequía para aliviar las condiciones de sequía en los Estados Unidos. Roerich envió a Estoads Unidos dos mil paquetes de semillas, condujo excavaciones arqueológicas e investigó hierbas medicinales.

             Una de las metas de la búsqueda de Roerich a lo largo de su vida de preservar la herencia cultural del mundo se llevó a cabo con la firma del tratado Pacto Roerich en la Casa Blanca con representantes de los países que componían la Unión Panamericana. Por el pacto, las naciones en guerra estaban obligadas a respetar museos, universidades, catedrales y bibliotecas así como hospitales. Así como los hospitales hacían flamear la bandera de la Cruz Roja, las instituciones culturales harían flamear el “Estandarte de Paz” de Roerich, una bandera que tiene un campo blanco con tres esferas rojas en el centro rodeadas por un círculo rojo. Roerich pensaba que protegiendo la cultura la salud espiritual de las naciones sería preservada.

            Roerich fue nominado al Premio Nobel de la Paz en 1929 y 1935 por sus esfuerzos por promover la paz internacional a través del arte y cultura y proteger los tesoros del arte en tiempos de guerra.

            La Segunda Guerra Mundial interrumpió sus actividades y aquéllas del Instituto de Investigación Urusvati Himalayan y Roerich mismo se dedicó a ayudar a las víctimas de la guerra. También donó dinero de la venta de sus pinturas y libros a la Cruz Roja Soviética.

            En el verano de 1947, Roerich tuvo una operación de corazón pero regresó rápidamente a sus pinturas. Uno de los últimos trabajos que Roerich pintó se denomina El mandato del Maestro. Representa un águila blanca volando hacia un devoto que está meditando en la postura de loto en lo alto de un elevado acantilado mirando hacia un valle montañoso. El 19 de diciembre de 1947, mientras Roerich estaba trabajando en una modificación de este cuadro, repentinamente su corazón falló y su alma voló hacia las octavas superiores. Tenía setenta y tres años.

            A través de su vida, Roerich encontró el tiempo para involucrarse en una multitud de actividades y para hacerlas todas bien. Vladimir Shivayeb, quien fuera por una década el secretario del Instituto de Investigación Urusvati Himalay, escribió que “nunca vio a Roerich ocioso, inactivo, disperso o quisquilloso“ 30

            Svetoslav Roerich dijo “que su padre era bueno y paciente, sin desperdiciar nunca ni un minuto de su tiempo, perfectamente equilibrado entre la tensión y la dicha, siempre colaborador y atento al bienestar de sus prójimos.”31

            Sina Fosdick, una colaboradora de los Roerich durante mucho tiempo, dijo acerca de Nicholas: “Su sabiduría pertenecía tanto a los planos terrenales como a los superiores, siempre compasivo, aliviando dolores del corazón de aquéllos que venían a él. Nunca empequeñeció, sino que sólo magnificó, encontró en la conciencia más pequeña, una semilla de bondad.”32

            La vida de Roerich, verdaderamente, fue moldeada en el modelo del ideal Bodishatsva- compasión, valentía, constancia en el esfuerzo, y el desarrollo de virya,”energía” o “vigor”.

            Decter escribe acerca de la prolífica carrera de Roerich:

 

|         El legado de Nicholas Roerich se extiende a los cuatro continentes. Abarca siete mil pinturas, dibujos y diseños de escenarios y vestuarios; casi treinta libros, innumerables artículos, y conferencias, museos y sociedades, a través del mundo y el pacto Roerich. A lo largo de todo el sendero que siguió desde El Mensajero hasta El mandato del Maestro,, desde St. Petersburgo al Valle Kulu, siguió el consejo de Tolstoi y mantuvo alto el timón para alcanzar su destino. 33

            No se escribe frecuentemente acerca de la vida espiritual de los Roerich pero ella fue la fuente de la cual surgió su visión literaria y artística. En su biografía de Roerich, Decter dice:

            Cultura oriental, filosofía, y enseñanzas religiosas mantenían un atractivo siempre mayor tanto para Nicholas como para Helena Roerich. Los escritos de Ramakrishna y su discípulo Vivekananda dejaron una impresión profunda y duradera en ellos, particularmente la idea de que la devoción a Dios se alcanzaba a través de la actividad útil a la sociedad, a través del cumplimiento de su deber y obligaciones, y que esta devoción, a su vez, facilitaba la perfección del individuo. Ramakrishna predicaba la necesidad de la perfección espiritual, que podría ser lograda a través de la iluminación de los individuos, educando al hombre en la bondad, la justicia, y el altruismo. Es probable que las pinturas de Roerich ilustrando las buenas obras de los santos se inspiraran en estos conceptos. Su trabajo escrito de este período incluye alusiones y citas de Tagore, Ramakrishna, Vivekananda y el Bhagavad Gita…

            En su diario del26 de octubre de 1917, él escribió: “Me inclino hasta el suelo ante los maestros de India. Ellos han traído verdadera creatividad y júbilo espiritual y un silencio fructífero dentro del caos de nuestra vida. En un momento de extrema necesidad, ellos nos han enviado un llamado. Un sereno, sincero y sabio llamado…”

            La teosofía (literalmente, sabiduría divina), una doctrina espiritual desarrollada por Helena Blavatsky en los 1870, también interesó a los Roerichs… Una rama rusa de la Sociedad (Teosófica) fue fundada en 1908, y los Roerichs aparentemente se unieron a ella antes de la Primera Guerra Mundial. Años más tarde, Helena Roerich tradujo al ruso la obra monumental de Blavatsky La doctrina secreta…

            Roerich no se adhirió a ninguna religión establecida o movimiento filosófico. Su propia y profunda filosofía espiritual incorporó elementos del Budismo, Hinduismo, panteísmo, teosofía, Ortodoxia rusa, y hasta la teoría de la relatividad. También abrazó las antiguas enseñanzas de Agni Yoga, o el Yoga de Fuego. Un yoga de acción más que de ascetismo, Agni Yoga enseña el sendero de cooperación con la evolución espiritual del cosmos… En 1920 los Roerichs formaron los primeros grupos dedicados al estudio de Agni Yoga.34

En un artículo acerca del carácter y la obra de su padre, Svetoslav Roerich , sintetizó la búsqueda de espiritualidad interior del artista.

 

            El fue un gran patriota y amó su tierra, aunque pertenecía al mundo entero y todo el mundo era su campo de actividad. Cada raza humana era para él un raza hermana, cada país un lugar de interés especial y de significación especial. Cada religión era un sendero hacia la Esencia y para él la vida significaba las grandes puertas que llevaban al Futuro…

Cada esfuerzo suyo se dirigía hacia la realización de la Belleza y sus pensamientos se encarnaron magistralmente en sus pinturas, escritos y vida pública…

 Nadie ha representado jamás montañas como mi Padre. Desde sus telas los Himalayas irradian sobre nosotros toda su increíble riqueza de color, y la majestuosidad inefable del gran concepto que representa a la misma palabra Himalayas. Verdaderamente ganó el nombre dado a él “El Maestro de las Montañas”.

            A través de todas sus pinturas y escritos fluye el hilo continuo de un gran mensaje, el mensaje del Maestro que llama a sus discípulos a despertar y esforzarse para una nueva vida, una vida mejor, una vida de Belleza y Realización.35

            

  • Agni Yoga ( Kuan Yin, Madre de Misericordia) en Los Años Perdidos de Jesús, p.68
  • Antiguas pirámides en Escala la montaña más alta, p. 266
  • Compasión en las enseñanzas perdidas de Jesús II, p. 68
  • Elías el Profeta en Los años perdidos de Jesús
  • La cima ardiente en Escala la montaña más alta
  • Capullo de fuego en Las enseñanzas perdidas de Jesús II
  • Issa y la calavera del gigante en Los años perdidos de Jesús
  • Krishna, Primavera en Kulu en las Enseñanzas perdidas de Jesús I
  • Maitreya en Los años perdidos de Jesús
  • Medianoche en Los años perdidos de Jesús
  • Milagro en Las enseñanzas perdidas de Jesús II
  • Monte Kallas en Escala la montaña más alta
  • Monte de los cinco tesoros en Los años perdidos de Jesús
  • La montaña Schitrovaya en Los años perdidos de Jesús
  • En la cima (Picos de logro) en Las enseñanzas perdidas de Jesús II
  • El sendero a Kallas I en Las enseñanzas perdidas de Jesús II
  • El sendero a Kallas 2 en Escala la montaña más alta
  • El sendero a Tibet en Los años perdidos de Jesús
  • Perla de búsqueda en Las enseñanzas perdidas de Jesús II
  • Montañas rosas, Himalayas en Los años perdidos de Jesús
  • Recordad en Los años perdidos de Jesús
  • El río de la vida en Escala la montaña más alta
  • Santos Boris y Gleb (Aura de Santidad) en Las enseñanzas perdidas de Jesús II
  • San Francisco de Asís en Las enseñanzas perdidas de Jesús II
  • San Pantaleón el Sanador en Las enseñanzas de Jesús II
  • Santana , Río de vida en Los años perdidos de Jesús
  • Señales de Cristo en Los años perdidos de Jesús
  • Estrella del héroe en Los años perdidos de Jesús
  • El corcel de la buena fortuna en Los años perdidos de Jesús
  • Fortaleza del Espíritu en Las enseñanzas perdidas de Jesús II
  • Maestro de Maestros (Guardián de la Llama) en Las enseñanzas perdidas de Jesús I
  • Tibet en Los años perdidos de Jesús
  • Tsam en Mongolia en Los años perdidos de Jesús
  • La hija del vikingo ( la Hija de Zion) en las enseñanzas perdidas de Jesús II
  • La fortaleza amurallada en Los años perdidos de Jesús
  • El centinela sobre los Himalayas en Los años perdidos de Jesús
  • El caminante de la noche en Las enseñanzas perdidas de Jesús II
  • Yen-No-Guyo- Dja, amigo de viajeros en Las enseñanzas perdidas de Jesús II

 

Una reseña biográfica de Nicholas Roerich está basada en la conferencia dada en el Hotel Roosevelt por Elizabeth Clare Prophet.